Finalizó una nueva temporada en el monte Everest y varios guías de montaña argentinos subieron a la cumbre más alta del mundo con sus clientes. La presente edición se caracterizó por una gran congestión de personas y once muertos, producto de la excesiva venta de permisos de ascenso, que permitió que unas 400 personas intenten llegar a la montaña más alta del planeta.
La masiva concurrencia, con impresionantes colas subiendo el último tramo de la montaña, y sobre todo la cantidad de muertos, lograron darle una gran difusión mediática al presente ascenso. Decenas de notas y fotos en diarios de todo el mundo. La más famosa, que ilustra la portada de esta nota, fue lograda por el experto alpinista nepalí Nirmal Purja, el 22 de mayo.
Damián Benegas, Enrique Clausen y Tomás Ceppi fueron tres guías AAGM que subieron trabajando a la cima del Everest. Los dos primeros lo hicieron el jueves 23 de mayo, durante el masivo ascenso, y Ceppi lo hizo el lunes 27, en condiciones más normales, casi en solitario con su grupo.
Enrique y Tomas subieron por primera vez. Para Damián fue su séptima visita a la cumbre de 8.848 metros. Junto a su hermano, Willi Benegas (13 cumbres en él Everest), son los argentinos que mayor cantidad de veces pisaron la cima. Tienen su propia empresa de montaña y Kike Clausen trabajó en la presente oportunidad para ellos.
Clausen y Ceppi son el 24º y 25º argentino en subir el Everest. La mitad de los ascensos fueron realizados por guías de montaña argentinos. El mendocino Heber Orona fue el primero en hacerlo sin oxígeno y la neuquina Mercedes Sahores es la primera argentina en subir. Ambos trabajan como guías de montaña pero lo hicieron en forma deportiva.
Kike Clausen subió a la cumbre la bandera del flamante Instituto Superior Argentino de Guías de Montaña (ISAGM) creado por la AAGM, pero el fuerte viento y la congestión que había impidió lograr una buena fotografía. Por ello, repitió la toma en el Collado Sur, la cual nos remitió desde Nepal.
Tomas Ceppi si sacó varias lindas imágenes, que remitió al diario Río Negro, que lo entrevistó vía telefónica. Explicó que subió trabajando para la empresa norteamericana “Climbing The Seven Summits” y que resolvieron esperar un par de días, para evitar la impresionante congestión. “Con la estrategia evitamos estar con 150 personas el día de cumbre. Nos salió bien. El 27 fue el mejor día en cuanto al clima y estuvimos solos en el cerro. Estaba mi expedición, con tres guías, seis clientes y los sherpas locales que nos acompañaron. Arriesgamos mucho, porque podíamos no tener una buena ventana y eso implicaba que después de dos meses de trabajo no podamos hacer cumbre, pero pusimos un pleno y nos salió de diez”, explicó en la entrevista.
Tomás, tiene 38 años, y reside en Choele Choel, Río Negro, Kike 39 y vive en Bariloche y Damián 51, reside temporalmente en Bariloche y los Estados Unidos. Integran la AAGM hace una década y pasan la mayoría de sus días al año caminando y escalando montañas.