Max Odell, guía de alta montaña argentino, concretó otro de sus sueños en andinismo: escaló el monte Fitz Roy (3.405 m.) junto a sus dos hijos. Es el primer ascenso de estas características a la difícil montaña aledaña a El Chaltén y el menor de los chicos se convirtió en el más joven en pisar su cumbre.
Odell es un destacado profesional, formado en la Asociación Argentina de Guía de Montaña (AAGM), donde egreso como guía UIAGM (Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña). Experto en esquí y escalada ya había ascendido el Fitz Roy y también el mítico cerro Torre, al cual subió 5 veces, dos como guía con clientes.
Max, junto a Pedro (17 años) y Tomás (15), pisaron la cima de la renombrada montaña el 3 de marzo de 2021 a las 9:30. Escalaron la ruta Afanassieff. Lo más destacado de la ascensión resultó que Max (47 años) no guio a sus hijos; ellos escalaron como primeros y él subió en simultánea, en segundo término.
“Elegimos la ruta por ser muy franca, sin tramos complicados, pese a ser muy larga. Ninguno de nosotros la conocía. Pedro escaló la mayoría de los largos de primero, pero también Tomás primerió varios. Tuvimos muy buen tiempo. La ruta es solo de roca (no tiene hielo ni nieve) y realizamos dos vivac. Descendimos por la vía Franco-Argentina”, explicó Max.
Los segundos escalaron con pequeñas mochilas, con el equipo mínimo. “La segunda noche la pasamos a 3.150 metros, con 7 grados bajo cero. Por suerte llevamos una pequeña carpita, donde nos refugiamos con las bolsas de dormir”, detalló el guía.
Mientras los tres escalaban, Marcela Antonutti (esposa de Max y madre de Pedro y Tomas) esperaba en El Chaltén. “”No estaba nerviosa, pues ya estoy acostumbrada. Siempre están escalando. El clima fue muy bueno y ello me ayudo a mantener la calma”, explicó sonriendo. “Cuando van los tres obviamente estoy más tranquila que si escalan los chicos solos”, agregó.
Marcela también es guía de montaña AAGM. Llegó a El Chalten en 1990 y a los dos años escaló junto a Patricia Malatesta la aguja Guillaumet, siendo la primera cordada femenina en lograrlo. Conoció a Max en el sur. Construyeron su vivienda y posteriormente formaron parte de “Casa de Guías” y abrieron la tienda de montaña “La Brecha”. “Pero no somos buenos comerciantes y nos costaba vender equipos de escalada”, explicó.
Por estar fuera de la zona céntrica el negocio no prosperó. Lo cerraron en 2014 y al año siguiente abrieron un restaurante mexicano. Marcela se capacitó como enfermera y trabaja en el centro médico del pueblo, con su amiga y doctora, Carolina Codo.
Pedro y Tomás escalan desde niños y las montañas del Fitz Roy son el patio trasero de su casa. Por ello no es extraño que hayan subido una gran cantidad de agujas y paredes: Guillaumet, Aguja de la S, Saint Exupery, Poincenot, etc. etc. Algunas de ellas varias veces; juntos, con el padre, con amigos… Cuando hay una ventana de buen tiempo (dos o más días con pronóstico meteorológico favorable) invariablemente parten a escalar.
El año pasado Pedro terminó el secundario y decidió que será guía de montaña. Se inscribió en el Instituto Superior Argentino de Guías de Montaña de la AAGM y en abril viaja a Bariloche. “Creo que es la profesión ideal para escalar y trabajar en montaña. El Chalten es en alguna medida como Chamonix en Francia. Muchos de sus habitantes trabajan como guías de montaña. Cada verano vienen centenares de turistas a caminar y escalar. Confío en tener un buen trabajo”, explicó
Tomás aún tiene tiempo para pensar en su futuro laboral. No obstante, en una familia de escaladores y guías de montaña… ¿Qué otra profesión podría elegir?